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Hagamos conciencia social

Hablar de sustentabilidad se ha vuelto muy recurrente en los ámbitos laborales, escolares, personales, familiares y sociales. Pero, ¿realmente se aplican y sirven?

Desde la llegada de la industrialización, se ha visto un incremento muy drástico en la emisión de contaminantes para el aire, tierra y agua. Tenemos que ser conscientes de algo: los recursos que utilizamos no son infinitos. Cada día hay más empresas que requieren y utilizan recursos, las existentes aumentan su producción, por ende, el consumo de recursos.

En muchos lugares del mundo se han vivido sequías extremas, dejando al descubierto el problema que se avecina. ¿Cuántos días podrías lidiar sin el abasto de agua? En el estado de Nuevo León, recién tuvieron que lidiar con esta situación.

La sustentabilidad nos compete a todos: gobierno, empresas, escuelas, sociedad, nosotros…

Vivimos en una época en la que la sustentabilidad debe de ser una prioridad para todos. Hacernos responsables de nuestros desechos y residuos; reutilizar o dar una segunda vida a lo que consideramos “basura”. Muebles, ropa, accesorios, aparatos electrónicos; existen programas de reciclaje o donación para que alarguemos su vida útil.

En México se generan aproximadamente 42 millones de toneladas de basura al año. ¿Dimensionas esa cantidad de basura? Equivale a llenar el estadio azteca de basura poco más de 230 veces. ¿A dónde termina todo eso? En el mejor de los casos, en algún basurero, pero no siempre es así. Una gran parte termina en ríos, mares, campos, calles, alcantarillado, etc. En la Ciudad de México hay inundaciones en cada temporada de lluvias, haciendo del tránsito una pesadilla. Considerando que la zona donde se ubica la ciudad era un lago, es muy probable que se hagan encharcamientos, y si a eso le sumamos que nuestro sistema de alcantarillado tiene una gran cantidad de basura que impide el flujo de agua, pues el resultado es lo que ha acontecido.

Para que empecemos a ser un agente del cambio en pro de la sustentabilidad, es preguntarnos y preguntar a nuestro equipo de trabajo y familia ¿cómo podemos hacer diferente nuestras actividades para que generemos menos basura? Algunas buenas ideas son:

●Evitar o consumir en menor cantidad productos que su empaque no sea reciclable.
●Reciclar o reutilizar los empaques, botellas y contenedores de lo que compramos.
●Evitar bolsas de plástico en establecimientos y utilizar bolsas de tela o reutilizables.
●No propiciar el uso de unicel para transportar alimentos y bebidas, podemos utilizar trastes, termos, etc.
●En la medida de lo posible, utilizar transportes que no necesiten combustible, como bicicletas. Sobre todo, en trayectos muy cortos.
●Usar transporte colectivo.

Entre muchas otras propuestas.

El ser responsables con nuestra contaminación lamentablemente no es suficiente, es un gran paso para dar inicio a cambios que impacten al mediano y largo plazo, pero nuestra actualidad requiere de acciones que abarquen más allá de lo que nos corresponde individualmente. Una segunda acción que podemos implementar es crear brigadas de limpieza en áreas comunes. La apatía, individualismo y egoísmo no tienen cabida si tratamos de ser sustentables. Limpiar un parque, la calle, mantener libre de obstrucciones las coladeras, retirar desechos de vías públicas y propiciar mediante contenedores la separación correcta de la basura, son acciones que pueden impactar a nuestra comunidad. Seguramente no todos estén dispuestos ni interesados en sumarse a actividades de este tipo, pero si no somos nosotros, ¿entonces quién?

Hay un tema que en la mayoría de las casas pasa desapercibido y es una fuga de agua considerable; el lavado de ropa. Actualmente la mayoría de las casas cuenta con una lavadora que hace el trabajo por nosotros, pero, ¿qué tan sostenible es utilizar este electrodoméstico? En promedio, una lavadora utiliza 45 litros de agua para una carga de 5kg de ropa. Dependiendo del número de integrantes de una familia será la carga de ropa a lavar, pero lo importante aquí es que el agua que se tira al lavar la ropa es reutilizable de muchas maneras. Por ejemplo, puedes destinar un contenedor para almacenar el agua y utilizarla para el inodoro, lavar el patio, limpiar vidrios; y en algunos casos, dependiendo del detergente utilizado, se pueden regar plantas. Siendo el detergente un factor muy importante en el tema de la contaminación del agua, hay que procurar elegir y utilizar uno que sea biodegradable, ya que sus compuestos provocan en menor cantidad alteraciones y afectaciones en el medio ambiente.
Una práctica que ha ido en aumento es lavar la ropa después de dos o tres usos. Así disminuimos el uso y desperdicio de agua, ayudando a que no se generen micro partículas de plástico que forman parte de la composición de las prendas. Gran parte de la ropa que usamos tiene algún compuesto de plástico como poliamida, poliéster, nylon o acrílico.

¿Te has dado cuenta de todo lo que podemos cambiar y mejorar? Hay muchos otros problemas que atender en temas de desperdicio y contaminación, no es que sean más o menos importantes, solo mencionamos algunos. Investiga, recaba y utiliza información en pro de nuestro mundo.

El planeta no es de nuestra pertenencia, cuidemos el único espacio donde podemos vivir.


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Edición 12, Diciembre 2022

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