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Una experiencia de vida

¿Alguna vez has sentido miedo? Seguramente sí. Uno de los miedos más intensos que experimenta el ser humano es cuando se siente en peligro, amenaza o situación de muerte. Si alguna vez lo has experimentado sabrás de qué trata. La muerte es algo inherente a todos cuando nacemos, pero saber que moriremos es una idea que a nadie le agrada; nos asusta, nos causa temor y miedo.

En nuestro país existen hombres y mujeres que día a día luchan de manera emocional, mental, sentimental y físicamente contra padecimientos, que desde que son diagnosticados, los pone en una batalla que lamentablemente muy pocas personas logran triunfar. Nos referimos al cáncer.

Las mujeres, son el género a nivel mundial que tienden por alguna razón a ser más vulnerables de padecer cáncer. En México, el cáncer de mama es la segunda causa de muerte en mujeres que padecen cáncer.

Para esta edición, deseamos hacer consciencia y dar reconocimiento a aquellas personas; tanto hombres y mujeres, que nos dan ejemplo de valor y fortaleza a las adversidades. Octubre fue el mes de sensibilización de cáncer de mama. Por esta razón, te presentamos el caso de una mujer, madre, profesionista, docente y guerrera que ha puesto cara a este padecimiento.

Neyla Aguilar, quien desde el año 2019 fue diagnosticada con cáncer de mama, es una mujer que nos demuestra con su ejemplo el significado de palabras como valor, agallas y determinación.

Sin ser una mujer acostumbrada a los reflectores, salvo por la docencia, Neyla ha decidido hacer llegar su caso de vida a miles de personas, con la intención de ayudar a que mujeres que están pasando o lamentablemente pasarán por esta afección, tengan fuerza y aliento para su lucha.

Ponemos atención a las advertencias de manera poco superficial, es hasta cuando nos ocurren o le ocurren a un ser querido que realmente prestamos atención y seriedad a ellas. Este mensaje de Neyla es para que realmente seamos conscientes y atendamos la importancia de prevenir y actuar ante el cáncer de mama.

Casi todo cáncer es curable o tratable, siempre y cuando la detección y acción sea oportuna. Lamentablemente en México no existe la cultura de la prevención, es por ello que cuando son detectados los casos de cáncer, es difícil que se pueda hacer algo, pues su afectación ya es avanzada.

Neyla es una mujer que jamás imaginó tener cáncer de mama, como les sucede a casi todas las mujeres con este diagnóstico. Pero es importante saber que ninguna mujer (y hombres) está libre de padecerlo. Es por ello que resaltamos la importancia de tener revisiones periódicas, ir con un médico cuando se detecte alguna anomalía, por muy mínima que sea.

Gracias a la previsión, familia y el mismo deseo de vivir de Neyla, es que podemos conocer su caso en vida, pues hay muchas personas que no logran transmitir su historia.

Las palabras no logran describir el miedo, incertidumbre, impotencia, dolor, entre muchas otras cosas que Neyla sintió al ser diagnosticada con cáncer de mama. Sabía que es una afectación que se da en muchas mujeres, pero no creía que ella pudiera ser una de ellas. Hacía revisiones, estudios e iba con médicos de manera periódica para verificar que todo estuviera bien.

¿Cómo fue el inicio?

En el caso de Neyla y como en la mayoría de las afectada, todo fue silencioso; no supo cómo, cuándo, porqué…

Sin darse cuenta, el cáncer empezó a acompañarla. Fue un día que notó un ligero cambio en una parte de su seno. Inmediatamente vino a su mente el cáncer de mama, pero lo visualizaba como algo imposible, pues sus revisiones y estudios al momento no arrojaban ninguna alerta o indicio de ello.

Dicen que el cuerpo es sabio, a veces los pequeños mensajes son los que revelan grandes cosas.

Por pena, decidió no contarlo a su familia; solamente a su hija, quien es médica. Gracias a su profesión, pudo recibir atención oportuna de un médico especialista. Nunca sintió dolor, no sintió algo fuera de lo normal por años. Creyó que desviando su atención de ese pequeño problema en su seno no pasaría nada, pensaba positivamente y estaba confiada en que no sería algo grave.

Pero para Neyla, la situación era que el cáncer había llegado a su vida. Llegó el día de la primera cita con el médico. Teniendo estudios de laboratorio, ultrasonido y lo necesario para la revisión creyó que sería algo rápido y quedaría como un pequeño susto.

Conforme pasó el tiempo en la consulta, Neyla se dio cuenta que no era algo para tomarse a la ligera. El médico hizo una gran cantidad de preguntas, para muchas de ellas no tenía alguna respuesta. Llegó el momento del diagnóstico del médico, para cuando fue dicho,

creerlo. “¿Por qué a mí?”, “¿Cómo a mí?”; son algunas preguntas que le llegaron a la mente en ese momento.

¿Qué es lo primero que piensas cuando te dicen la palabra cáncer? Seguramente respondiste “muerte”. Ahora imagínate que te diagnostican cáncer, lo primero que piensas es “me voy a morir”. Ahí es cuando conocemos el miedo.

Con el paso de los días, Neyla fue asimilando el diagnóstico. En su caso, siempre estuvo rodeada de familia y seres queridos; entre ellos su esposo, hijas, yernos, amigos y alumnos. Pero lamentablemente no todos los casos son así, hay mujeres que tienen que luchar contra este padecimiento solas, sin ayuda de ningún tipo. ¿Te imaginas lo que es vivir eso?

Uno de los momentos más desagradables y dolorosos de Neyla es cuando le hicieron una biopsia. Jamás imagino el dolor que causaba, prácticamente le extrajeron una muestra de su seno para analizarla.

Una vez teniendo el resultado, el cual confirmaba que sí era cáncer de mama, quedó “helada”. Sus opciones eran dos: operar y después quimioterapias o primero quimioterapias y después operar.

El médico le hizo una pregunta; “¿Qué prefieres, estar completa físicamente, pero con cáncer, o sin un seno, pero con salud?”. Esto es algo frío de preguntar, pero le ayudo a tomar la mejor decisión y a afrontar este padecimiento.

El apoyo y cariño de familiares, amigos y alumnos ayudaron a que Neyla tuviera fuerzas, coraje y ganas para afrontar el cáncer. Teniendo en mucho que pensar como vivencias, recuerdos, etc., Neyla decidió poner todo de su parte para afrontar lo que venía.

Llegó el día de la mastectomía. Se preguntaba: “¿Regresaré?”. Con incertidumbre, miedo, nostalgia y un sinfín de pensamientos, sentimientos y emociones; Neyla entró al quirófano. Salió bien, creyó que eso era lo más difícil, pero para su infortunio, estaba equivocada. Las quimioterapias son un tratamiento agresivo, doloroso y desagradable.

Sintiéndose mutilada, desganada, asimilando aun lo que estaba viviendo, es como llegó a su primera quimioterapia. Durante estos tratamientos conoció a muchas mujeres. Escucho historias de vida, algunas similares a la suya, otras muy diferentes; pero todas compartían cosas en común: dolor, angustia, etc. Todas eran iguales en esos momentos, las unía un padecimiento, eran compañeras de esa lucha.

El cansancio, sueño y hambre eran los menores malestares después de la quimioterapia, se venían cosas peores. Náuseas, mareos, sensibilidad en el olfato, vómito, caída de cabello, diarrea, úlceras en la boca… imagina todas ellas al mismo tiempo.

El malestar afecta al físico de una manera importante. El verse sin cabello, haber perdido mucho peso, el no dormir y descansar bien hacen que el semblante parezca demacrado. Para una mujer el verse así, es algo que afecta a su vanidad. En el caso de Neyla, en esos momentos le dejó inseguridad, no quería vivir así.

Fue pasando el tiempo; más quimioterapias, más cambios en su cuerpo, más consultas, muchos medicamentos… Neyla sentía que perdería la batalla.

Con mucho amor propio, amor de su familia, amigos y alumnos, poco a poco fue sobreponiéndose a sus malestares. Aceptó y aprendió a vivir con lo que estaba pasando. Aceptarse y amarse en esta situación es una prueba muy difícil.

La llegada de la pandemia significó un cambio de vida para todos, en el caso de Neyla, tuvo que enfrentarla teniendo recién diagnosticado el cáncer. Pero al día de hoy ha ido sobreponiéndose a todo. Poco a poco, paso a paso, con calma y paciencia.

“Se debe ser fuerte, aceptar y luchar por la vida, no tener miedo. Al final Dios y la vida saben si nos darán una nueva oportunidad o no. Lo importante es no dejarse vencer por cualquier situación.”
Así piensa Neyla, así es como ha salido de su padecimiento. Al día de hoy sigue luchando, sigue estando en tratamiento, pero de lo está segura es que a vencido el miedo.

¿Has pensado en todas las personas que pasan por situaciones como estas? En la actualidad creemos que el no tener el celular que queremos es un problema, que no poder pagar el viaje a Europa es una injusticia, el que no tengamos los suficientes likes en lo que publicamos es una tragedia… dejamos de lado lo que verdaderamente importa. Teniendo salud, tenemos todo.

Mujer, hombre, si estás leyendo esto, no esperes a que sea tarde. ¡Actúa! Previene, revisa y asiste periódicamente con tu médico. Así como Neyla pensaba que no le podía pasar a ella, te puede pasar a ti. No es que seas negativo o pesimista y que el pensar en ello estés “llamando” o “atrayendo” a la enfermedad. Se trata de ser realista y consciente que en nuestro país mueren cientos de personas al día por cáncer. ¿La causa? Pueden ser muchas: hereditaria, alimentación, hábitos, etc.

Cuida tu salud, tus hábitos y revísate periódicamente.

Nuestro reconocimiento y admiración para quienes día a día luchan contra el cáncer, son un ejemplo de valentía. Y en memoria de quienes no lograron vencerlo, amemos, vivamos y disfrutemos cada momento. La vida es un regalo divino.


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Edición 12, Diciembre 2022

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