Matemáticamente, es casi imposible que tú existas
¿Por qué existo? Esta pregunta nos ha pasado alguna vez por la mente. Independientemente de tus creencias religiosas, dogmas o cultura, la naturaleza del ser humano es cuestionar, somos curiosos por naturaleza. Esta curiosidad nos ha llevado a querer saber de dónde venimos, cómo o quién nos creó, etc.
Dejemos de lado toda teoría religiosa o científica con la que nos sintamos cómodos, en la cual se explique de donde venimos o cómo fuimos creados. En este artículo pretendemos ayudarte a darle un enfoque a tu vida, no nuestro enfoque, tu enfoque.
Matemáticamente, es casi imposible que tú nacieras. De inicio, tú competiste contra millones de espermatozoides para lograr fecundar el óvulo. ¿Leíste bien? ¡Dijimos millones! Dependiendo de la edad del hombre, es el número de espermatozoides que puede producir, pero hablemos que en promedio un hombre puede producir 30 millones al eyacular. Desde este punto, has demostrado que fuiste el o la mejor y más fuerte contra 29, 999, 999 millones de espermatozoides.
Si alguien te dijera en estos momentos que para ganar la lotería tendrías que elegir un solo billete de entre 30 millones posibles ¿te sentirías con la suficiente suerte de que tu boleto fuera el ganador? Pues desde el momento en que naciste has sido un ser con mucha suerte.
Ahora piensa más allá de tu concepción. Tienes padres, abuelos, bisabuelos, etc. Ellos también se enfrentaron a ese proceso, igual que tú. Así que, las probabilidades de que tú nacieras se aminoran aún más. Para que tú nacieras, fue necesario que tu papá naciera, pero para que tu papá naciera, primero tuvo que nacer tu abuelito y así hasta remontarnos a generaciones más y más antiguas. Solo hemos hablado de los hombres, pero también hay mujeres en esta cuestión. Así que, las probabilidades son aún menores.
Poniendo tu probabilidad de nacer en número, es 1 entre cuatro 400 trillones. ¿Acaso te has visto en la necesidad de escribir el número completo de 400 trillones? Con esta probabilidad, es más fácil que te ganes la lotería 10 veces a que hayas nacido. Así que ¿por qué mal gastar tu existencia en encontrar respuestas a algo que está fuera de nuestra comprensión?
Eres quien eres no por casualidad ni coincidencia, eres quien eres porque así debiste ser. Todos tenemos fortalezas, cosas que nos hacen únicos a diferencia de los demás. Gracias a esas diferencias es que hemos logrado trascender como sociedad, gracias a que somos diferentes hemos tenido avances. ¿Te imaginas si a todos nos gustara lo mismo? Tú aportas algo único en esta vida.
Ya naciste, algún día moriremos; por ello, es mejor darle un sentido y enfoque a nuestra vida. Ese sentido y enfoque no lo da la religión, alguna profecía, la sociedad, etc., lo das tú mismo. Nadie puede imponerte a hacer algo con tu vida. Tú eres tu propio profeta, lo que decretes se realizará, siempre y cuando trabajes para que eso pase. No pienses que algún día tendrás libertad financiera si no estás dispuesto a trabajar, estudiar, invertir tu tiempo y dedicación en algo.
Tu existencia no es casualidad, formas parte de un plan divino; un plan superior, el cual aún no hemos sido capaces de comprender como humanidad. Reiteramos, no pretendemos negar o comprobar si existe algún Dios o no, eso no importa. Lo que queremos decir es que tú formas parte esencial de este camino llamado vida. Por lo menos eres trascendental en tu vida. Lo más importante que posees no es tu familia, dinero, trabajo, etc.; es tu vida misma.
La vida puede o no puede tener sentido. Esto dependerá de ti. Tú elijes vivir con un propósito, con una meta, con un objetivo; o bien, puedes elegir vivir sin rumbo. Ya estás aquí, ya estás en esta vida; ¿qué vas a hacer con ella? Una vida con propósito enriquece, motiva, llena y satisface a quien vive con ese enfoque. La vida es corta, así que aprovéchala.
No es casualidad que estés leyendo esto, recuerda, todo es parte de un plan.
Mira la edición en la que aparece este artículo:

Edición 13, Febrero 2023

Edición patrocinada por:



Si deseas recibir las ediciones digitales de nuestra revista sin costo alguno directamente a tu correo, regístrate.