Por Lic. David Mejía Pinzón
Grupo Lídex
Por Lic. David Mejía Pinzón
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Por Lic. David Mejía Pinzón
Estas interrogantes intentaremos resolver en estas líneas y consciente del valor del tiempo, seré breve.
Como sabemos un Proyecto de Vida, consiste en definir:
Me gustaría decirte que es muy fácil y que lo harás en 30 minutos. Pero después de varios años haciendo, rehaciendo y practicando estas ideas concluyo: es muy complicado, sobre todo seguirlo. Por eso, ahora con más consciencia, que si le tomas dedicación y paciencia te puedo afirmar que ¡SÍ FUNCIONA!. No tardes mucho para encontrarle sentido y decidirte hacerlo.
Un Plan de Acción de un PDV nace en primer lugar de la Convicción de querer tener un PDV y todo el entusiasmo para llevarlo a cabo; después de encontrar las herramientas necesarias para lograrlo y perseverar. La parte más difícil es determinar: ¿exactamente qué quiero vivir en mi experiencia de vida?, a partir de ahí tomar decisiones resultará menos complejo.
¿Cómo decidir entonces lo que queremos?. Hace poco leí una idea de Vicen Lakhiani, nos ofrece una perspectiva para identificarlo: diferenciar entre deseos inmaduros y deseos reales. Los inmaduros son aquellos deseos que son superficiales o sólo buscan una satisfacción inmediata, pero no se sostienen con el tiempo, como una camioneta nueva, un abrigo marca X, unas vacaciones en Cancún, una pareja con determinadas características, o incluso una casa de lujo. Mientras que los deseos reales, son aquellos que te llevan a descubrir lo que realmente quieres; pero estos no llegan sólo por inspiración, es importante llegar al origen de la motivación:
¿Para qué quieres ganar más dinero?… ¿Para qué quieres cambiarte de casa?…, ¿Para qué quieres casaste?… etc.
Y a partir de una lluvia de preguntas bien elaboradas y construidas, puedes llegar al verdadero propósito y lo que te llena de energía para hacer las cosas. Entonces tal parece que hay una especie de conexión y dejas de perseguir los deseos inmaduros. A partir de que tienes una convicción de lo que quieres, entonces viene la idea de utilizar herramientas.
Un Plan de Acción proviene entonces de definir qué quieres y deseas para llegar a lograr lo que realmente deseas. Por ejemplo, si yo peso 90 kg, y mi peso ideal es 70 kg, entonces tengo un sobrepeso de 20 kg; (para darte cuenta del sobrepeso, imagínate cargar contigo un garrafón de agua) entonces mi meta y compromiso será reducir 6 kg. ¿Por qué?, porque mi salud no es óptima y cuando lo logre, entonces podré hacer más actividades que disfruto… y entre otras cosas, mi pareja y mi familia me lo agradecerán.
Reflexiona entonces por cada uno de tus anillos de vida, cuáles son tus objetivos y metas que te harán más feliz a ti, a tu pareja, familia, empresa o trabajo y comunidad.
Edición 4, Junio 2021
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