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¿Qué es la actitud?

La actitud es la disposición mental y emocional de una persona hacia algo o alguien, es la manera de actuar o reaccionar hacia algo o alguien y se manifiesta a través de sus pensamientos, emociones y comportamientos. También es una intención o propósito que conduce a un comportamiento en particular.

Según algunos estudiosos de la psicología, la actitud es el comportamiento habitual que se produce en diferentes circunstancias. Nuestras actitudes determinan la vida anímica de cada individuo, es algo muy personal y están representadas por sus reacciones. Esto es lo que nos hace actuar en automático o con creatividad. Tiene una aplicación particular en el estudio del carácter, y también del temperamento de cada individuo. Viene siendo como una tendencia innata o adquirida a sentir y actuar de una manera determinada.

“Todo en esta vida es actitud”

Es de esta máxima que he tomado el título de mi artículo. En mi práctica profesional como coach siempre me gusta brindar herramientas y procuro que sean de fácil acceso y de uso constante. Una de esas herramientas en las que insisto continuamente, es precisamente “el cambio de actitud”.

En este verano con más luz durante el día, que he estado atendiendo citas con clientes de diferentes profesiones y oficios, veo que un cambio de actitud es algo que tienen ellos a la mano porque eso implica solo una decisión. Esto no requiere siquiera de profundizar, ni requiere de mucha planeación, con solo cambiar una actividad o la manera de hacerla con una actitud distinta va a darnos un resultado distinto. Y de esta manera, vamos a poder medir las consecuencias en ese simple cambio en un panorama de 360º.

“Ciertamente mi actitud hace que el resultado sea diferente”.
Por darte una idea pensemos en los hábitos que tenemos al alimentarnos. Comer o dejar de comer azúcar va a determinar un cambio radical en tu persona. No hay nada más destructivo en este planeta que actuar en automático, y si ese automático está en “el querer tener razón” esto es muy autodestructivo.

Conviene aprender a distinguir fielmente entre lo que es la perseverancia y lo que es la necedad, y de eso voy a hablar en otro artículo.

Siguiendo con el tema de los hábitos alimenticios, finalmente somos lo que comemos o para que se comprenda, tu cuerpo es lo que comes más tus sentimientos o emociones.

Entonces conviene que seamos celosos cuidadores de nuestros pensamientos. En todo esto opera tu buena o mala actitud ante cada circunstancia.

Es importante que prestes atención a lo das a tu cuerpo y tomas como alimento; pero también las palabras y las ideas son el alimento que le das a tu cuerpo. Piensa un poco en los hobbies o entretenimientos qué comúnmente realizas: qué es lo que ves, qué es lo que escuchas, qué música escuchas, qué lecturas y hábitos tienes. En todo ello se retroalimenta tu actitud ante toda circunstancia. Eso es en lo que hay que prestar atención para tener un cambio de actitud o finalmente una actitud positiva.

“Si tus palabras fueran tu alimento, te nutres o te envenenas”

La postura corporal es otro punto importante que debemos tomar en consideración para coordinar nuestro cambio de actitud; y por nombrarte otro ejemplo es el uso de celulares el que ha provocado una mala postura en las cervicales que unen la cabeza al cuello (al colocarnos en una postura siempre inclinada hacia bajo); está postura nos afecta de tal manera que ni siquiera lo percibimos. Hemos dejado de mirar nuestro entorno y de admirar a la naturaleza, miramos rara vez hacia el cielo o las nubes. E incluso en los espectáculos, conciertos masivos o convivencias con amistades a los que las personas asisten, han dejado de disfrutar del momento o de vivirlo profundamente y más bien lo graban con sus celulares. Todo esto requiere un cambio de actitud, si queremos recobrarnos a nosotros mismos.

En estos tiempos modernos muchas personas creen o les han hecho creer que lo que les sustenta en este mundo es todo menos sus propias creencias y actitudes. Se ha depositado la fe en los símbolos más triviales y obsoletos como lo son los medicamentos, píldoras, dinero, ropa de moda, influencias, prestigio, caer bien, estar “bien relacionados”, tener muchas cosas o actividades; y en una lista interminable de cosas triviales y sin fundamento a las que se dota de poderes mágicos o se les confía la existencia misma.

“Hoy más que nunca en la historia de la humanidad moderna es imperante un cambio de actitud”

El uso de las nuevas tecnologías y la llegada inminente de la inteligencia artificial ha detonado confusión en muchas personas, y los malos hábitos están imperando en nuestras sociedades de todo el mundo. La indiferencia, la ignorancia y la apatía están ganando cada vez más adeptos en las mentes de más personas que no prestan atención a su manera de ser o a su actitud.

Es necesario volver a cultivar los valores y los principios fundamentales que rigen la vida humana, que finalmente son los que rigen las normas de buena convivencia. Esos principios y valores siempre serán inculcados de generación en generación; y los buenos hábitos y un cambio de actitud hacia la nueva circunstancia de la vida moderna, sobre todo en grandes ciudades, puede ayudarnos a salvar todo aquello que es rescatable para nosotros y las futuras generaciones.

“Lo mejor que puedes tomar en la vida son decisiones”.

Si estás palabras logran sembrar en ti, la inquietud de hacer un cambio de actitud, aquí te comparto una metodología que puede servirte para implementar la tuya propia, ocupando de base estos cinco sencillos pasos:

Paso 1.

Es importante darse cuenta de lo que está sucediendo, esto implica analizar si sientes bienestar o malestar (así de sencillo) ya que hay sentimientos positivos y sentimientos negativos; por ello es importante monitorear tus sentimientos, ya que tus pensamientos son imposibles de monitorear por la cantidad de ellos que tenemos al día.

Paso 2.

Me detengo un momento, dejo de actuar en automático, y reflexiono para pensar en lo que estoy obteniendo como resultados día a día.

Paso 3.

Sí me doy cuenta que me equivoqué entonces, me perdono o al menos intento perdonarme para seguir con lo que sigue. (Perdonarme es importante para no arrastrar aquella decisión a las nuevas acciones ni a un futuro que tampoco es cierto, ya que el pasado es algo que no existe, y lo que puedo hacer con él, es soltarlo, re interpretarlo, y así mismo perdonarlo o como digo yo estas tres anteriores juntas para que sea más efectivo).

Paso 4.

Vuelvo a elegir (cambio mi punto de vista) y si lo hago desde otra manera de ver las cosas, tomando una actitud distinta podré obtener un resultado distinto.

Paso 5.

Así continúo, repito este ciclo de cinco pasos, ya que todo es ensayo y error (en toda esta metodología hay un aprendizaje). Mi intención es que tengas éxito en lo que reaccionas y la manera en que actúas ante las circunstancias.

“El objetivo es convertir cada adversidad que enfrentas en una oportunidad de cambiar tu actitud”.

Víctor Barreda
Transformational LifeCoach

meetingcoachmexico@gmail.com
facebook.com/victor.barredagalguera


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Edición 16, Octubre 2023

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