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Autor: Carlos Nava Larraguível

Dependiendo de esta percepción de cada empleado, se facilitará o se dificultará su integración con sus compañeros.

La percepción que tenemos sobre quiénes somos nosotros mismos con relación a los demás, depende de nuestro grado de madurez psicológica. Los seres humanos desde que somos concebidos, iniciamos un proceso de madurez, tanto física como psicológica. Te platico cómo se da el proceso psicológico en el

Ambiente familiar.

Fase #1.

Cuando un bebé empieza a darse cuenta de su existencia y que hay personas que están a su alrededor, nota que todas están atentas a satisfacer sus necesidades, toma conciencia de que él está en el centro, por lo que su primera concepción de sí mismo es egocéntrica; es decir, toma conciencia del “Yo”.
Cuando el niño tiene más de un año y lo llevan a casa de sus tíos, sus primos al querer jugar con él, le piden que comparta sus juguetes. El niño egocéntrico por naturaleza y por tanto egoísta, reacciona abrazando sus juguetes y diciendo con su escaso lenguaje: “mío”.

Fase #2.

Ante esta actitud egoísta, sus padres, en su misión educadora, lo enseñarán a aprender a convivir con otras personas diferentes a las que convive en su casa. En ese momento, el niño toma conciencia del “Yo y otras personas afines a mí”. Si el niño da este paso, si madura, aprenderá a integrarse y formar parte de este grupo familiar y a convivir adecuadamente con ellos.

Fase #3.

Cuando empieza a ir a la escuela, se topa con otras personas extrañas a él. Conoce a sus maestros y compañeros. Le tomará su tiempo, pero con la ayuda de sus padres y maestros aprenderá a relacionarse adecuadamente con ellos. En ese momento, el niño tomará conciencia del “yo, otras personas afines a mí, más personas no afines a mí.” y aprenderá a formar parte de esta comunidad y a convivir adecuadamente en ella. Al llegar a esta fase, será capaz de cumplir las 3 C´s que yo promuevo en los cursos de trabajo en equipo:
Comunicarse con eficacia con los demás; es decir, con la capacidad de escuchar y de hablar, estableciendo un diálogo en ambos sentidos
Compartir con los demás, lo ellos necesiten para que posteriormente, ellos compartan con él lo que él requiera
Colaborar con ellos, ofreciéndoles o dándoles el apoyo que ellos necesiten para que en un futuro, ellos lo apoyen con lo que él requiera. “Hoy por ti, mañana por mí”.

Ahora te platico cómo se da este mismo proceso pero sobre la percepción que tiene un empleado de su papel en su trabajo junto con sus jefes, compañeros, colaboradores, proveedores y clientes, en un

Ambiente laboral.

Fase #1.

Imagina que una empresa contrata a un joven recién egresado de la universidad, siendo su primer trabajo. Su jefe le explica las funciones que debe cumplir en su puesto para tener éxito en su trabajo. El joven toma conciencia en esta fase de su papel: “yo y mi puesto”. Se concentra en cumplir sus funciones sin relacionarse con nadie. Muy pronto se dará cuenta de que no puede dar buenos resultados porque necesita de otras personas para poder cumplir sus funciones, entonces pasará pronto a la siguiente fase.

Fase #2.

Como consultor de empresas por más de dos décadas, recomiendo en mis cursos de liderazgo que sean los jefes quienes se responsabilicen de que el empleado pase a la fase 2 para que el empleado entienda que “todo trabajo es un proceso” , en ese proceso existen tres personajes: el propio empleado que está en medio, realizando las actividades propias del puesto. Le anteceden los proveedores, quienes le entregan los insumos que requiere (información, materias primas, equipo, etc.) y al final están los clientes, quienes son los usuarios del producto final que él elabora. Toma conciencia de “yo, mis clientes y mis proveedores” . Solo entonces empezará a dialogar con los clientes sobre sus requerimientos y con sus proveedores para negociar los requisitos que deben cumplir las materias primas para que él pueda hacer un producto de calidad que satisfaga al cliente

Fase #3.

En este proceso de madurez, cuando el empleado llegue a puestos directivos, deberá pasar a la fase 3, ampliando su visión para entender que en adición a su departamento, gerencia o dirección, están otras áreas de la empresa y que todas juntas forman lo que se llama “la cadena interna de servicio” que la integran todos eslabones o departamentos de manera secuencial. Te pongo un ejemplo: la cadena empieza con el eslabón “ventas” quien le pasa sus pedidos al eslabón “compras” quien provee de las materias primas al eslabón “producción”; quien a su vez, entrega el producto terminado al eslabón “almacén” y este lo envía al eslabón “distribuidor” para que lo entregue finalmente al cliente.
En esta fase 3, el empleado tomará conciencia del “mi departamento como parte de la cadena interna de servicio”. Al integrarse con todos ellos, empezará a tener conciencia global de su trabajo y de la importancia de que cada eslabón debe entregar el producto que elabora con calidad, para así poder garantizar que la cadena de servicio a la que pertenece su departamento funcione eficientemente y sin errores para poder entregar al cliente final un producto que satisfaga plenamente sus necesidades; es decir, un producto de calidad

Mi recomendación para las empresas que tienen áreas donde sus miembros no están integrados y trabajan de manera individualista, es ocuparse en un primer paso, en fomentar la conciencia para que su personal cambien su percepción egocentrista por una percepción de pertenencia a un grupo, a una comunidad y finalmente a un equipo de trabajo, donde comparte con sus compañeros necesidades y objetivos comunes.

Autor:
Lic. y MAD Carlos Nava Larraguível.
Consultor de empresas en las áreas de Recursos humanos y Desarrollo organizacional por más de tres décadas


Mira la edición en la que aparece este artículo:

Edición 13, Febrero 2023

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