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Maestros de vida

Autora: Nydia Gámez | Despertar conscientes

A lo largo de nuestra vida, nos topamos con diferentes tipos de personas e individuos que pueden sacar lo mejor o lo peor de nosotras, seres que pueden ayudarnos desde lo evidente y que solemos llamar “ángeles” u otros que nos pueden aparentemente hacer daño y que definimos como “errores”.

Esos ángeles y esos errores son maestros de vida, todo aquel personaje que marca tu vida es un maestro con una misión de proyectar algún aprendizaje en ti, algún tema que trabajar en tu interior, te puede invitar a romper con alguna creencia o a cimbrar tu vida para que puedas comenzar a priorizarte volteándote a ver.

Definitivamente puede ser complicado entender esto cuando experimentamos momentos que nos generen miedos, lesiones emocionales profundas o impactos físicos relevantes; pero, es un hecho que de no tomar estas vivencias como algo positivo observando los aprendizajes brindados, tendremos otro tipo de circunstancias que te sigan orillando a hacer consciente ese aprendizaje. ¿Has escuchado frases como “lección no aprendida, lección repetida” o “lo que resistes persistes”?

Es momento en que decidas aprender desde la conciencia y elegir aprender con amor.

¿Qué nos quieren enseñar estos maestros?

Los maestros que nos impactan profundamente en nuestra sombra, son maestros que pueden mostrarnos la importancia de vivir el desapego, de aprender a poner límites sanos, a confiar en nosotras mismas escuchándonos y creyendo en nuestra voz interior, a valorar nuestro cuerpo quien es el que hace todo por nosotras para que podamos vivir y que es el último que tomamos en cuenta, a responsabilizarnos de aquellas emociones que pueden generar inestabilidad y que es necesario observarlas, en fin, son infinitos los aprendizajes que pueden mostrarnos y que depende exclusivamente de nosotras observarlos, aceptar, evolucionar y soltar.

La irritabilidad o frustración irrumpe la armonía con la que deseamos vivir y comenzamos a reaccionar en lugar de responder con asertividad, en lugar de hacernos cargo con responsabilidad de las acciones que tendrán consecuencias por no observar los aprendizajes mostrados con acciones de esos maestros ante nuestra vida.

¿Por qué llamamos “maestros” a quienes nos afectan?

Precisamente por eso, porque iluminan nuestras sombras. Son seres con un cometido en nuestras vidas, son almas que también tienen su propio aprendizaje que recorrer y que, a su vez, necesitan de tu participación para seguir avanzando.

A través de ellos podemos hacer conscientes muchas “cualidades negativas” o debilidades, aquellas que nos limitan y boicotean, que antes se encontraban ahí, escondidas. Y mientras se queden escondidas, mientras permanezcan siendo inconscientes, seguirán siendo sombras.

La vida nos pone delante a personas que nos ayudan a evolucionar. Todo crucigrama tiene detrás la solución, y toda persona regala un aprendizaje, una pequeña llave que abre nuestros ojos y nos ayuda a darnos cuenta de quiénes somos, pero, debes de querer abrirlos, no resistirte, amar tus experiencias pues todas crean el ser humano que eres.

Aprender en espejo “ley del espejo”

La ley del espejo es la ley que nos facilita reflejos de nuestras áreas a trabajar en personas con las que convivimos, pueden ser papás, hermanos, amigos, jefes y parejas, pero muchas veces justo eso que no te gusta aparentemente en otros, es algo que debes trabajar en ti.

Al vernos reflejadas en ellas, nos hacen tomar consciencia. Por ejemplo, si Laura no soporta el comportamiento de Manuelita quizá debería plantearse lo siguiente: “¿Qué hace Manuelita que me molesta tanto?”. Y, lo más complicado: “¿Qué veo en Manuelita que también veo en mí y estoy rechazando?” “¿Cuál es mi sombra?”.

Es complicado porque, generalmente, la mente se excusa pensando que, en verdad, no la soporta porque es la otra persona quien está equivocada, esa persona es la que debería cambiar, pero no es así. Cuando preguntamos a nuestra guía interior, la que todas tenemos, a un nivel profundo, encontraremos la respuesta y, con ella, la solución. Llegará un momento en que a Laura ya no le moleste el comportamiento de Manuelita. Y no será porque Manuelita haya cambiado su forma de actuar, en absoluto: ha convertido a su “enemiga” en aliada porque, en realidad, cuando no existe sombra, tampoco existe perturbación. Es descubrir en experiencia algo que puedes sanar en tu interior siempre y cuando seas honesta contigo misma.

Ojo: eso no significa que todo el tiempo estés buscando sombras a tu alrededor, estas se mostrarán solas en el momento correcto y cuando estés lista a resolverlo.

No significa que, en un momento dado, no te pueda molestar una mentira o un insulto. Tampoco significa que no te duelan algunas cosas, o que prefieras tomar distancia con las personas que no te aportan, que no te ayudan a crecer como persona. Pero las situaciones las afrontarás desde otro estado: desde el equilibrio y no desde la irritabilidad, desde la autoaceptación y no desde el rechazo, desde el amor y la empatía y no desde la frustración o negación.

Y, ¿cómo lo hago?

¿Cuál es la mejor forma de ver? Observando. Cuando observas, cuando prestas atención y cuando estás abierta a la respuesta que llegue. Libre de juicios, de excusas, de rencor y, en definitiva, de cualquier limitación mental. Si no limpias las gafas, no podrás ver con claridad, claridad mental.

Esto es lo más importante de todo. Muchas veces, la mente nos pone infinitas excusas y justificaciones. Porque a la mente no le gustan los cambios, ni tampoco que se la cuestione, podemos ser nuestras mejores “amigas” al buscarnos la salida más sencilla, sin darnos cuenta que el evadir tan sólo provocará que se siga manifestando ese aprendizaje.

Todos los días vivimos rodeados de maestros, desde aquel indigente que te genera valorar tu casa y puedes ayudar en temporada de frío con una cobija que te sobre, una pareja enojada con su día que te muestra lo mal que se puede actuar cuando perdemos motivos para agradecer de manera cotidiana y que tú puedes observar tus acciones cuando te sucede lo misma… etc… observa y convierte el resultado en una experiencia positiva; si te quejas, busca que agradecer; si te ofendes por un insulto o crítica, pregúntate que es lo que te causa dolor para poder tomar en cuenta esa herida, y así en cada momento que la vida te muestre desafíos.

Al principio cuesta trabajo generarnos el hábito de observar dentro en el reflejo de nuestros maestros, pero podemos recomendarte que, en las noches, antes de dormir, reflexiones en tus aprendizajes y agradezcas lo aprendido.

Se compasiva contigo, busca acostumbrarte al cuestionamiento cotidiano con amor y poco a poco podrás reconocer maestros con más amor y mucho más rápido, lo que hará aprendizajes con menos consecuencias negativas en tu vida.

/despertarconscientes

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Edición 9, Abril 2022

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