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Por Víctor Barreda

Este tema me apasiona, es uno de los puntos determinantes que me gusta profundizar cuando una persona busca ayuda para saber qué le sucede o cómo puede lograr una meta u objetivo en la vida. Los patrones de conducta son determinantes, son los que mandan en las conductas humanas y operan en automático; así que, conviene que conozcas de su existencia y analices qué sucede en tu día a día con ellos. Porque realmente quien manda eres tú.
Alguna vez leí la frase que te voy a compartir y al parecer en ella se sintetiza el mensaje que deseo desarrollar o presentarte en este artículo, ya que no puedo extenderme demasiado, pero en mis acompañamientos de coaching los baso a menudo sobre este tema.

“El inconsciente o mente inconsciente no tiene sentido del humor, es literal y te concede todo lo que le pidas”.

Ésta frase me recuerda las palabras de ese cuento maravilloso de La Lámpara de Aladino, donde al frotarla, sale un genio mágico diciendo: tus deseos son órdenes. Genial metáfora de la mente humana (genio), la lámpara (universo) y Aladino (tú). Cada uno de nosotros creamos con nuestros deseos y acciones nuestro Universo.

Los patrones de conducta son precisamente esas conductas aprendidas, heredadas, sistematizadas y me atrevo a decir una palabra poco usada para que no los atesores tanto; ya que determinan tu manera de ser, hacer y tener todo lo que quieres en tu vida. Y esa palabra que atribuyo a los tus patrones de conducta, es que te fueron inculcados. Finalmente esto forma parte de nuestras creencias y rigen nuestra vida como seres humanos. Muchas veces esos patrones de conducta pasan en pequeños o grandes paquetes o cajones de generación en generación sin ser cuestionados. Estos cajones, como los llaman algunos estudiosos del tema, están ahí en nuestro inconsciente y operan nuestras conductas en automático; y así entonces por darte algunos ejemplos crees:
Que por ser de tal género debes comportarte de tal o cual manera. Porque ya terminaste educación básica ahora debes estudiar una carrera. Que a tal edad es momento de formar una familia para encajar en la sociedad. Etc, etc, etc.

Y tomo esta última idea para explicarme mejor y así podamos darnos cuenta de lo que sucede. Resulta que te casas primero con la idea de tener una familia o de casarte cuando ni tan siquiera tienes a la persona con la que harías eso. Esto nos indica que estás mas comprometido con ese cajón designado para ser llenado en algún momento por quien sea.

La idea de escribir sobre mi conducta automática, es para ayudar a los demás o quienes lean este artículo a reflexionar; si eso que opera en mí, sin que yo lo filtre o lo autorice me da como resultado bienestar o malestar. Y me encantan estas dos palabras, porque yo sí prefiero estar bien a estar mal. Aquí comparto una de tantas maneras que tú mismo puedes ejecutar o inventar para detener las conductas reactivas o automáticas que rigen los patrones de conducta, y tener un pensamiento analítico con respuestas creativas que sean el resultado de lo que deseas para tu vida. Esto implica que solo tengas el deseo de cambiar algo que notes que para ti no funciona. Y la idea es brindarte una opción para que las cosas mejoren y cambien para tu bienestar.

Sigue celosamente estos sencillos pasos y hazle las adaptaciones que funcionen al perfil de tu personalidad, ya que habemos personas muy intensas sin poner ninguna etiqueta que pueda provocar en ti algunas resistencias

Primero, vuélvete un atento observador de tus conductas, por ponerte un ejemplo; cuando discutes o peleas con algún ser querido, ya sea una amistad o algún familiar. En este proceso de comunicación, hay una serie de niveles (así quiero nombrarlos) para que tú desgloses en algún apunte ya sea que ocupes tu celular o bloc de notas de tu ordenador, o como yo lo hago, en mi cuaderno de papel y con un bolígrafo. Describe qué sucede paso a paso; ejemplo: está todo bien en la conversación y de pronto algo te incomoda (debes poner atención qué fue lo que sentiste, si algo se dijo o algo se hizo), es importante que lo notes. Después, sube tu incomodidad y debes notar que detona tu reacción y justo antes de estallar en la ira. Algo más ocurre, ¿qué es eso que ocurrió? ya que es importante que te des cuenta. Y entonces, surge la discusión… (y lo demás es historia, más de lo mismo) opera el patrón de conducta inculcado.

La solución que en este artículo quiero compartirte es que vayas disminuyendo los niveles de reacción, justo antes de llegar al límite; y en ese justo momento te distraigas, salgas del lugar donde estás, hagas otra cosa sin pretender provocar a la otra parte. La idea es que llegues a notar de inmediato cuándo das ese primer paso fuera de tu bienestar en tu charla para no caer en la discusión y ofender a tus seres queridos o que te ofendan.

¿Cuántas conductas podrías cambiar si aprendes a detener tus reacciones?


Mira la edición en la que aparece este artículo:

Edición 14, Abril 2023

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